“Mis queridas hermanas, sigo pidiendo a Dios que bendiga y le ruego os conceda la gracia de permanecer en vuestra vocación para servirle de la manera que él espera de vosotras. Cuidad mucho del servicio de pobres, y sobre todo de vivir muy unidas con una unión y cordialidad, amándoos las unas a las otras para imitar la unión y la vida de Nuestro Señor. Y pedid mucho a la Virgen Santísima que sea ella vuestra única madre”.
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